lunes, 7 de enero de 2008

Una deidad acuática (por Germán Cáceres)


En Langostino, el navegante independiente, Eduardo Ferro despliega un dibujo humorístico virtuoso y una composición de viñetas impecable: la historieta es un auténtico primor plástico. Además, narra con destreza y emplea todo un arsenal de recursos gráficos para obtener ritmo y movimiento. Así, hay líneas cinéticas, múltiples metáforas visuales y creativas onomatopeyas que a veces no sólo ocupan un cuadrito completo, sino que por sí solas representan un paisaje o un suceso.


El humor no sólo está en el trazo, sino en los ocurrentes monólogos del personaje, que hasta le dirige la palabra a su Corina, un barco tan singular, pequeño y estrafalario, que si se lo observa con atención no podría navegar ni el marino entrar en su cabina. Asimismo, están los resúmenes al principio de cada página y la interrogación al final, textos en los cuales Ferro comenta irónicamente su historieta, como si le quisiera indicar al lector que no crea lo que le ocurre a Langostino, que sólo se trata de una fabulación. Pero esta ficción alude a un mundo propio y único, donde impera el desborde, la desmesura y los actos descabellados, y en el cual interviene el azar para rescatar al navegante de situaciones sin salida.


La historieta es un universo lunático, ajeno a las leyes naturales, una instancia onírica a mitad de camino entre la pesadilla y el ensueño, que remite, a través de un sesgo popular -propio de un piloto de remolcador del Riachuelo- a lo mejor de Little Nemo in Slumberland. También Langostino es capaz de estirarse como el célebre Plastic Man (el hombre de goma), aunque él no sea un superhéroe sino apenas un modesto marinero que, sin proponérselo, se mete sorpresivamente en aventuras y territorios tan fantásticos como desconocidos.

Langostino es un optimista pleno, más allá de su soledad y de su melancolía, un tipo que apuesta por la vida. Y su creador también, pues está planteando que leer historietas es una de las tantas maneras de alcanzar la felicidad.

Langostino forma con Corina un todo inseparable, está unido a ella en cuerpo y alma: Ferro ha
logrado el milagro de crear un nuevo ser fabuloso, una deidad acuática que se unirá a las sirenas y tritones que andan por ahí.

Germán Cáceres

Germán Cáceres es escritor y periodista especializado en Comics

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